viernes, 31 de octubre de 2008

Algunos problemas relacionados con osos que pueden surgir cuando tratas de encontrar tu yo interior

Lo primero que necesito es encontrar mi yo interior
a través de algunas constelaciones burocráticas
de la política de asuntos internos,
y probablemente voy a encontrar
a un señor disfrazado de oso
que dice llamarse Bebedor de nucas
y que disimula mal su consternación por los tigres de mi piel.

Siempre es difícil charlar con un señor disfrazado de oso,
si no lo has intentado no lo puedes saber,
puedes cogerlo entre tus brazos
y contarle un periódico despacito,
pero sólo la información económica
que es la que le interesa,
aún así puede ponerse agresivo,
puede arañar, aullar, acusar falsamente de delitos no cometidos…
sobre todo si tratas de sacarle información útil
como corcho a botella de cava o vino del sur país nórdico.

A veces pueden desaparecer,
mamá lo sabe,

me lo contó el día de mi nacimiento,
“hijita, cuídate de los que parecen pequeños y tiernos
y tienen un hombre tiritangular en sus adentros”

Cuanta razón tienen las películas
en las que la estantería principal esconde un pasadizo secreto,
todas las cosas están dentro de otras cosas,

así que cuando el oso trate de encontrar su yo interior
va a descubrir a un hombre tiritangular vomitando estupideces por los acantilados.

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