sábado, 9 de agosto de 2008

LUIS BUÑUEL Y UN CABALLO DEL SIGLO XVII TRATAN INUTILMENTE DE HACERME ENTRAR EN RAZÓN

Lo primero que hay que saber
es que cuando lloras mucho
te sale un agujero en la cabeza.
Después vas aprendiendo otro tipo de cosas,
es decir,
yo nunca había tenido
una de esas chapitas con tu nombre,
y ahora que la tengo
me doy cuenta
de que hasta este momento
nadie me había llamado por mi verdadero
nombre.

Mi garganta lo tiene muy claro,
-¡yonoquierote!-
el grito
me pica
y se clava en mis conductos,
lo siento enorme,
por eso apenas puedo escuchar
al conferenciante.
Sin embargo,
antes de que André Breton publicara
su manifiesto surrealista en 1924,
YA EXISTÍAN LOS SUEÑOS.

-¡tequieroyono!-
He decidido que no volveré a verte
aunque te vea.
Esta soy yo con los ojos cerrados,
me presento,
sólo veré lo que me apetezca,
después,
me pincharé los ojos con alfileres,
porque no se debe mirar
a las madres que se desnudan
a través de agujeros de lluvia
en la pared.

Está decidido,
patearemos a los cerdos desde las ventanas,
y devoraremos las rocas,
es el apetito de los músicos
que penden del árbol,
mientras tanto
los gatos se desesperan en la memoria
y el sexo de una hormiga roja
es atravesado por el asta incendiada de una vaca.

¿quién llama a la puerta?
-Notequiero-,
no quiero que nadie me moleste,
no entres,
sólo Buñuel sabe posar
al mismo tiempo con camisa de rayas
y con traje
y con los ojos cerrados
a la vez,
como yo,
con los ojos cerrados.

Desde dentro
los niños pobres
recogen excrementos de caballo
y eluden el olor de la lluvia.
Es un hecho que si Buñuel
hubiera nacido en el siglo XVII
habría sido carnicero.

1 comentario:

JOSE IVAN SUAREZ dijo...

Tu imaginación es un ciclón de polen desbocado, tu imaginación no tiene riendas ni fin, viva el surrealismo cuando te vistes con él, un abrazo de zarza y perlas huérfanas.