Ven,
cierra los ojos,
inclínate un poco sobre la mesa.
¿A qué huele?
no es más que un tigre boca arriba,
en realidad,
varios tigres boca arriba
luchando por respirar,
con el torso ardiente de terciopelo.
Tigres suaves con sol
y ráfagas de azafrán en algunos puntos
ocultos de sus pupilas,
con las gargantas estremecidas
por las frutas maduras del crepúsculo
que se anuncia.
con helados en la estación,
¿Puedes ver las corrientes premonitorias
de mariposas rotas que nos salen del pecho
y tiemblan un poco antes de echar a volar?
levanta una mano
para convencerte de que existes,
ahora estalla las frutas de sangre
que tienes en esa mano,
la que se alza en la parte soleada.
esta tarde.
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